Lo que hace la fe...
Te creí valiente… y resultaste cobarde.
Te creí seguro… y descubrí en ti un inseguro impulsivo.
Te creí sincero… y resultaste hipócritamente un alienado social.
Te creí inteligente… y descubrí que lo eras, pero no lo suficiente.
Te creí humano… y ¡resultaste serlo!
Porque el ser humano ha perdido su humanidad, ha involucionado a no sé qué cosas, a no sé qué espacios, y a no sé que tiempos.
Descubrí todo esto mientras escuchaba tu música parlante, que en lugar de hilar, deshilaba, más que mis emociones, mi imaginario.
Y para variar… ¡sigues cantando!
Te creí seguro… y descubrí en ti un inseguro impulsivo.
Te creí sincero… y resultaste hipócritamente un alienado social.
Te creí inteligente… y descubrí que lo eras, pero no lo suficiente.
Te creí humano… y ¡resultaste serlo!
Porque el ser humano ha perdido su humanidad, ha involucionado a no sé qué cosas, a no sé qué espacios, y a no sé que tiempos.
Descubrí todo esto mientras escuchaba tu música parlante, que en lugar de hilar, deshilaba, más que mis emociones, mi imaginario.
Y para variar… ¡sigues cantando!
1 comentarios:
A las martes, diciembre 21, 2004 6:57:00 p. m. , Lyla Bokà ha dicho...
je... es que a veces uno cree mucho y ya no sabe qué creer porque el descaro tiene más de una cara.
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